Día de la canción Criolla
La noche del 31 de octubre está llena de vals, marinera, criollismo, picarones y anticuchos. Pero de un tiempo a esta parte, las manifestaciones culturales de la Lima de antaño conviven con vampiros, momias, brujas, dulces y trucos, en una mágica atmósfera que mezcla la fiesta con lo macabro. Lejos de discusiones que no conducen a nada, el Día de la Canción Criolla es un buen pretexto para pensar cómo asumimos cada uno de nosotros ese rasgo que nos hace comunes y que se llama peruanidad.
Hace unos años, un muchachuelo bastante radical exclamaba por las ondas de Radio Nacional la siguiente expresión que a más de uno erizó los pelos: “La música criolla ha muerto”. No se trataba, por supuesto, de un diagnóstico exhaustivo, sino más bien del impulso de ir a contracorriente en una radio percibida como el reducto absoluto del criollismo, el patriotismo y demás ismos.
La reacción no se hizo esperar y estuvo a punto de costarle el puesto al joven locutor, recién entrado en la segunda década de vida, así como la censura definitiva a un espacio radial que no se alineaba con lo políticamente correcto. ¿Qué clase de osadía era proclamar sin una pizca de remordimiento la muerte de la música peruana? Ejemplo de antipatriotismo. Al pelotón de fusilamiento.
Cosa curiosa: los teléfonos empezaron a sonar y los oyentes se alineaban en las antípodas: o estaban de acuerdo con la frase o la rechazaban tajantemente.
La provocación no ha perdido vigencia: ¿alguien acaso puede mencionar el nombre de algún compositor importante en los últimos 20 años? ¿Cuál fue el último éxito de la música criolla? El silencio responde como un grito. Y si La flor de la canela nos parece lo más contemporáneo, no nos equivocamos. ¿Recuerdan a Los Hijos del Sol? ¿Cuántos años han pasado desde entonces? Eva Ayllón es un buen ejemplo de que la música criolla sigue generando pasiones, ¿pero nos hemos puesto a pensar en la fecha de nacimiento de las composiciones que canta con su potente voz?
Lo más paradójico del caso es que la música criolla está más viva que nunca, pero los medios de difusión de las nuevas corrientes y de los nuevos compositores son muy limitados. Y ello se debe tal vez a que la música criolla es uno de los géneros más cerrados. Difícilmente se aceptan rupturas que dinamizarían su evolución y abrirían un espectro mayor de audiencia.
Quienes escuchan música criolla heredaron el espíritu de los padres, y ellos a su vez lo heredaron de los abuelos. ¿Entonces la música criolla es un género estancado? Difícil respuesta, sobre todo por las reacciones que originaría.
En todo caso, existen compositores que hacen la pelea. Susana Baca es la más representativa de todas, pero también están Daniel “Kiri” Escobar, Javier Lazo o Piero Montaldo. ¿Alguien les da la oportunidad de armar la jarana?
En el Portal Huascarán hemos preparado un especial sobre la música criolla, y lógicamente esperamos sus comentarios al respecto.















